Los suelos son pobres, con capas de rocas calcáreas y muy bien drenados. La finca, de 40 hectáreas, tiene 7.600 olivos, todos ellos de la variedad arbequina, que se adapta muy bien a estos terrenos.
De esos olivos se obtiene AUBOCASSA, un aceite suave de enorme intensidad frutal que está acogido a la Denominación de Origen Oli de Mallorca y que forma parte de los Grandes Pagos de Olivar.
El objetivo de Aubocassa es transmitir el paisaje de Mallorca, la luz, el equilibrio, la calma, el mediterráneo, a través de los aromas y las sensaciones en boca. Como si fuera zumo de fruta fresca en su momento de sazón en el que los picantes y amargos pasan casi desapercibidos.
El cultivo es absolutamente respetuoso con el entorno, siguiendo las normas de la producción integrada.
La primera cosecha se comercializó en 1998, y representó una revolución en el mundo del aceite de oliva, convirtiéndose en el pionero de un nuevo segmento: “la alta gama del Aceite de Oliva Virgen Extra español”.
El proyecto nació de la mano de Bodegas Roda y se han aplicado en su desarrollo muchos de los conocimientos de la viticultura y la enología.
La almazara está integrada en la alquería árabe del siglo XII y está dotada de la tecnología más vanguardista en la extracción del aceite.
AUBOCASSA ha recibido grandes reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional y se comercializa en 30 países, siendo Japón el primer mercado de exportación.
Color: Su aspecto es opalescente, con una ligera turbidez debido a que no se filtra
El color es amarillo verdoso, siguiendo el estilo habitual de Aubocassa.
Nariz: Girando la copa para tapizar las paredes y dejándola después en vertical se estratifican los aromas y permite fraccionar la cata. Asomarse a la copa de Aubocassa es un espectáculo. Por encima sobrenadan aromas delicadísimos de piel de limón y hierba fresca y fina recién cortada. Dentro de la copa tiene su sede el huerto y el tomate de ramallet es el rey, pero a su lado están los aromas de muchas otras verduras que forman en conjunto la sensación de un gazpacho fresco recién terminado. Aparecen las notas frutales de plátano verde y manzana y en el fondo los frutos secos entre los que destaca la almendra verde. Las hierbas y plantas aromáticas que tanto abundan en Mallorca se sienten y además de un bouquet de flores silvestres mediterráneas, aparece el fino detalle del lentisco que rodea la finca.
Boca: La primera sensación es de sedosidad, plenitud y frescura. Después llegan las percepciones de frutas y verduras que se apreciaban en nariz. La almendra fresca tiene un papel especial y hay un ligerísimo picante que da vida al conjunto. No hay notas amargas que destaquen y son la dulzura y la luminosidad de Mallorca las protagonistas.